Ubicada en la campiña de Moche, al pie del cerro blanco, considerado punto de protección para los mochicas que consideraban a éste como una divinidad y les daría cuidado.
En un principio, se pensaba que sólo era un santuario religioso compacto, pero a raíz de las excavaciones que se han realizado, se permite establecer que fue escenario de rituales mágicos religiosos. Aquí se habrían realizado crueles sacrificios humanos en honor a su Dios "Ai Apec" (Dios degollador), y se encontraron cadáveres impregnados en las rocas negras, ubicadas en la parte más alta de la huaca.Se ha llegado ha establecer que es un edificio de seis plantas superpuertas, una sobre otra. Cada una con extraordinarias representaciones artísticas en sus paredes, que a la actualidad sólo muestran trabajos de excavación y conservación, mas no la restauración, y se observa su autenticidad en sus estructuras y colorido. En su fachada observamos una grandiosa combinación de figuras representando, quizás, su momento social, cultural y religioso. No olvidemos la serpiente , la iguana de pie con una cabeza trofeo, el pescador mostrando su color azul que evoca al colorido del mar, la araña que en una tenaza tiene un cuchillo Tumi y en la otra, igualmente, una cabeza trofeo, los sacerdotes de la mano uniéndose con ese profundo colorido a los rituales que se realizaban en aquel entonces. Cabe recordar que en el museo Larco de Lima existe un ceramio que narra todo un sangriento ritual. Se ve que le colocan un tubo al sacrificado en la garganta para que desangre en un recipiente ceremonial, que luego será bebido por el gran sacerdote.Afirman los expertos que hoy en día las excavaciones continúan, pero sólo están a un 5% de su totalidad. Podemos observar desde su mirador a todo un pueblo enterrado en el que existieron los hornos para cerámica y se cree que las viviendas de los sacerdotes se encontraban al pie de la huaca debido a que en el interior no evidencia huellas para tal fin.M.G.C.O.
Fuente: Noticiastrujillo.com
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